Hace un par de semanas nos tocó gestionar una situación que cualquier importador intentaría evitar a toda costa: la destrucción de la mercancía.
¿Qué sucedió?
El importador, realizó la compra a un proveedor de un tercer país, en este caso China. Hasta aquí es algo muy habitual y que nos encontramos a menudo con muchos clientes. Esto suele ser lo que nos dicen:
💬 He comprado este producto en China, lo hemos recibido y al realizar el despacho de aduanas nos solicitan….. ¡y aquí empieza el problema!
Al contactar con el proveedor y realizar la compra, no se verificaron temas tan clave como los requisitos aduaneros que el producto requiere, la documentación necesaria, las certificaciones de producto y en muchos casos los vinculados a la empresa, dependiendo del tipo de producto a importar.
La ausencia de varias de éstas certificaciones y la verificación de que el producto en cuestión no disponía de ninguna limitación o restricción a la importación y después de varios requerimientos por parte de aduanas, dio lugar a tres opciones:
- Se devuelve a origen
- Se envía a un tercer país
- Se destruye
A partir de aquí, nos podemos todos imaginar el colapso por parte del cliente, ¿no?
Y ahora ¿Qué hacemos?
¿Qué podemos extraer de todo esto?
Te damos un par de tips:
🎯 Analizar previamente lo que se quiere importar.
🎯 Cumplir con toda la normativa dado que cada producto puede requerir documentación y certificaciones diferentes. ¡No caer en el error de que TODO se importa de la misma manera!
🎯 Estos procesos son minuciosos. Por eso, lo mejor es que lo lleven adelante los especialistas en gestiones aduaneras. Y tú ¿tienes en cuenta estos puntos antes de realizar una compra de importación?
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